El precio en las estanterías de los comercios no baja al mismo ritmo que la caída que sufren los agricultores a la hora de vender su productoLOS protagonistas de Expediente X tendrían trabajo para varios capítulos. Ni Keynes entendería lo que pasa con el aceite de oliva en España. Todos los mecanismos propios de una economía de mercado se caen como un castillo de naipes cuando se trata de entender qué pasa con lo que se ha conocido durante años como 'oro verde'.
El punto de partida del misterio está en los precios de la aceituna para almazara, que están alcanzando mínimos históricos. En muchas partes de España, se están planteando incluso no coger la aceituna, porque cuesta más de lo que se va a sacar en la venta.
Esta semana, UPA denunciaba que los precios percibidos por los agricultores en origen se encuentran muy por debajo de los del año pasado, «lo que está propiciando una situación crítica en el sector de la aceituna de almazara».
Esta organización señala que el precio medio del aceite virgen está en torno a los 1,9 euros por kilogramo, un 25% por debajo del que tenía al año pasado por estas mismas fechas.
Algo parecido sucede con los lampantes, que se pagan a 1,70 euros, entre un 25% y un 30% menos que hace un año. Con estos precios, UPA considera que más del 40% del olivar extremeño apenas cubre los costes. Por ello, urge a que se pongan en marcha medidas de apoyo al sector.
En este escenario, la cuestión parece muy clara. Los precios en origen tiran a la baja, pero no parece que pase lo mismo con los de destino. Es decir, los que compran los consumidores. Primer 'misterio'. Así lo asegura la organización Consumidores en Acción. Afirma que un estudio suyo realizado a lo largo de un año constata que el precio del aceite de oliva ha bajado en destino casi siete veces menos que en origen. En un sentido parecido se expresa el último observatorio de precios que tiene activo la organización agraria Coag. Según sus datos, el precio medio en origen ha bajado 87,4 céntimos por litro. Para el consumidor sólo ha descendido 13.
Sin lógica
Una tercera voz redunda en la cuestión. Se trata de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva). Hace unas semanas, aseguraba que «no es lógico que el precio del aceite de oliva en almazara se encuentre bajo mínimos, por debajo de los dos euros, mientras que en estantería está entre los 2,5 y los 3 euros por litro». No faltan las voces que hablan de especulación por parte de los grandes operadores.
El segundo misterio tiene que ver mucho que ver con el primero. Los agricultores están cobrando mucho menos, a pesar de que hay menos oferta en el mercado. Los últimos datos de la Agencia para el Aceite de Oliva dicen que la presente campaña, ya muy avanzada, va a ser un 25,4% menor que la pasada a nivel nacional. Exceptuando la 2005/2006, será la más baja del último lustro.
Se puede encontrar un tercer enigma. El precio medio del aceite en destino se viene manteniendo más o menos constante, según aseguran los datos de consumo del Ministerio de Agricultura. De hecho, apenas ha variado entre diciembre de 2007 (2,8 euros/kilo de aceite de oliva) y el mismo mes del año pasado (2,89 euros/kilo). En el caso del virgen extra, puede llegar a rozar los cuatro euros.
Menos inflación
Sin embargo, el capítulo de los aceites figura como uno de los 'campeones' en la lucha contra la inflación, ya que aparece como como uno de los artículos que más contribuye en la caída de los precios. Ya en este año, aparece con una bajada del 4% sólo en el mes de enero. Quizás por ese pequeño respiro, las ventas del producto crecieron un 7,79% durante ese periodo, según la Asociación de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles.
Pero todo, o casi todo, tiene explicación en esta vida. El hecho de que la bajada de precios no se repercuta en el mercado tiene una explicación logística, según Juan Antonio Cabezalí, director de calidad de Acenorca, cooperativa de segundo grado. «Sucede como con el petróleo. Suele haber un periodo de tiempo para trasladar la bajada de precio al consumidor. Hay que tener en cuenta que transcurre un periodo de tiempo desde que se produce el aceite hasta que llega a la estantería. Por eso no se puede trasladar el precio en el mismo día».
También hay explicación para explicar que los precios bajen aunque la cosecha disminuya. Cabezalí afirma que existen muchos indicadores para marcar los precios. Cada año se hacen tres estimaciones de cosecha y además existe en mercado de futuros. Además, «están las condiciones reales del mercado».
Por tanto, el equilibrio entre oferta y demanda no es tan directa como pudiera parecer. El responsable de Acenorca achaca los bajos precios actuales a varios factores, pero destaca uno. Ha habido poca demanda porque los envasadores tenían mucho aceite por vender de campañas anteriores. Eso ha ralentizado el mercado y ha tirado del mercado a la baja.
